El proyecto tiene como principio fundamental la funcionalidad y la ergonomía, elementos clave que guían cada decisión en el diseño de la cocina. La disposición de los elementos, el diseño de las superficies y los lugares de almacenamiento han sido cuidadosamente pensados para maximizar la comodidad y el acceso. Cada detalle, desde la ubicación de los electrodomésticos hasta la organización de los espacios de trabajo, busca facilitar las tareas cotidianas sin comprometer la estética.

Facilitar el movimiento por el espacio es esencial en este diseño, lo que asegura que cada área esté accesible sin esfuerzo. Este enfoque garantiza una practicidad suprema, donde el usuario puede disfrutar de una experiencia de uso cómoda y eficiente. Las superficies de trabajo, el almacenamiento y los espacios para moverse están organizados para optimizar cada acción diaria.

Este diseño crea una cocina que se adapta perfectamente al ritmo de vida moderno, donde cada elemento tiene un propósito claro y contribuye a un ambiente organizado. Con una distribución pensada para facilitar las tareas cotidianas, la cocina se convierte en un espacio funcional que se ajusta a las necesidades del usuario, ofreciendo comodidad y eficiencia en todo momento.